El kimono es una pieza que nos fascina a los amantes de Japón, a los amantes de la moda y a muchos diseñadores. Hoy en el blog te contamos que casas de moda han sido influidas por su estilo.

¿Quién puede amar la moda y no amar los kimonos? Es indiscutible es que en los últimos años la prenda ha tenido una proyección increíble fuera de Japón pero en realidad hace mucho tiempo que el kimono ha recibido muchísimo amor fuera de sus fronteras nacionales.

KIMONO: FASCINANDO EUROPA DESDE EL INICIO DEL XX


Joven en kimono blanco, 1894, George Hendrik Breitner, Rijksmuseum, Public Domain Mark

Durante la segunda mitad del siglo XIX en Europa y en Estados Unidos se vivió una especie de fiebre y fascinación con Japón. No comprendiendo del todo la profundidad del alma japonesa detrás del arte y la estética, en occidente se puso “de moda” la pintura, la decoración, el arte y por supuesto, auqnue esto es menos reconocido, el kimono.

Como os decíamos la semana pasada al hilo de la película Una chica danesa en el que la protagonista luce un kimono mientras pinta en casa, el kimono, aunque apreciado se quedó en la conciencia europea y norteamericana como una prenda de lujo de interior. Algo de lo que los amantes de la corriente del japonismo disfrutaban pero de una manera un tanto anecdótica, a medio camino entre la fascinación por algo llamativo pero ajeno a ellos en el fondo y las ganas de llevarlo pero sin saber muy bien como.

Es decir, se importaban a cuenta gotas kimonos y hanten acolchados que aquí se utilizaban como una “bata”.

Lo que si se hizo fue producir tela a partir de tener en manos extranjeras esos kimonos, especialmente en Francia, de seda como la que se utilizada en esos furisodes, con motivos y tonos sacados de aquellos, con los que los modistos europeos elaborarían trajes de corte occidental, vestidos a la moda del momento o con vagas reminiscencias de la figura del kimono.

Se adopta para piezas de abrigo y se incorpora la silueta del kimono en la parte de la nuca. Esa linea que siempre nos ha parecido a los europeos como sensual y femenina aunque en realidad es bastante casta y cubre toda la parte superior de la persona, sólo dejando a la vista el pequeño parque de piel de la nuca, irrumpe por primera vez en la ropa occidental en los años 20 aunque como detalle de las piezas que llevaba la alta burguesía y quien podía permitirse tener la moda como un pasatiempo y no como una simple necesidad de cubrirse.

La idea más revolucionaria que el kimono aporta a la moda occidental fue la siguiente: hasta que se conoce esta prenda los sastres y modistas siempre habían confeccionado piezas que “simulaban” las curvas naturales del cuerpo.

Las hacían más grandes, o desproporcionaban la figura de alguna manera para que cierta parte del cuerpo resultase más grande o más pequeña, pero siempre se perfilaba la figura que por naturaleza tenemos.

Si pensamos en un kimono, es literalmente lo opuesto en cuanto a la silueta que perfila. Es recta, del cuello a nuca, plana y aplanadora de las curvas naturales. Hace que la figura de un hombre no sea tan diferente de la de una mujer muy al contrario que las diferencias que se acentúan entre un traje de chaqueta masculino y una falda con una blusa, por poner un ejemplo de contraste.

Así que no es otra pieza que el kimono quien introduce aquí la noción de una prenda que no marque ni señale, que sea sobria y no incida en nuestros atributos naturales o haga más evidente las diferencias de proporción entre unos cuerpos y otros.

KIMONO REFASHIONED

Pues ese idilio con el kimono que comienza con las primeras tomas de contacto con la industria de la moda europea hace más de cien años continua hasta el momento presente.

El año pasado tuvo lugar una exposición en ASIAN ART MUSEUM de San Francisco (Chong-Moon Lee Center for Asian Art & Culture) que evidenciaba como ese amor de occidente por el kimono quedaba plasmado en piezas icónicas de algunos de los mejores diseñadores.

Jacket, Spring/Summer 2003, deiseñada por Tom Ford para la casa Gucci. Rayon y seda tricotadas, estampado por impresión. Collection of The Kyoto Costume Institute. © The Kyoto Costume Institute, foto de Takashi Hatakeyama. Mirad la parte de los cuellos y esas mangas ¿Que pieza ha "diseñado" el sr. Ford realmente? Es un haori!!! Aunque por las mangas larguisimas nos recuerda a un kimono cortado por la mitad...

La muestra exhibía 35 piezas propiedad del Kyoto Costume Institute que evidenciaba como el kimono, sus materiales, formas, técnicas y motivos decorativos, ha inspirado a los diseñadores durante más de 150 años.

Desde reconstrucciones del kimono a piezas originales inspiradas en alguna de las partes de esta prenda la exposición contaba con muestras de Gucci y Galliano dos casas que a través de varias colecciones en las últimas decadas han presentado piezas aquí y allá inpiradas en el kimono.

Christian Louboutin se mostraba con unos botines cuyo estampado recordaba claramente a un kimono, pero nosotras hemos encontrado una de sus creaciones que evidencian aún más la fascinación de esta casa por Japón.

Decidme si no es innegable que estas sandalias son una reinterpretación de unos zori (muy laboutin con taconazo eso si, pero incluso su icónica suela roja nos recuerdan más a Japón que a la propia marca, y es que es su seña de identidad).

Si os gustan nuestras piezas sabéis sobradamente que es un teñido shibori. Pues bien, la famosa casa Comme des Garçons ha “experimentado” con esta técnica de teñido que aunque a primera vista nos cueste identificar en su pieza, os aseguramos que está ahí en la parte de la falda, eso si, en una versión más punk y gamberra.

Y no solo occidente se recrea en el kimono. Dos grandes de la moda japonesa actual, Yohji Yamamoto e Issey Miyake reinterpretan el kimono y lo fusionan con otras disciplinas tradicionales japonesas como el origami, jugando con las telas como si de papel se tratase.

Tened en cuenta que cuando hablamso de influencia para una colección de moda, todo es bastante estacional. Lo que ha servido de inspiración  para unas colecciones por ejemplo, en los años 70 permanece como algo icónico de esa época y no lo hemos vuelto a ver a aparecer como tal, y sin embargo vemos como el kimono ha estado presente en guiños o directamente reinterpretaciones en colecciones de las mejores casas de diseño europeo durante los últimos cien años, un ejercicio de reexamen que ninguna otra prenda ha conseguido pasar, y además con tan buena nota.

EL FUTURO DEL KIMONO

Es una prenda que aunque no  ha sido inmutable, porque también ha experimentado cambios en sus estampados y tejidos, ha permanecido realmente fiel a su espíritu y esencia a través de muchos siglos.

Cuando aqui, y por aqui me refiero a Occidente en su conjunto, hemos pasado de bajos desde el suelo hasta la pelvis y escotes de mil tipos: caja, redondo, barco, palabra de honor y mangas a millones: tirantes, cortas, largas, abombadas, murciélago…el kimono siempre se ha mantenido como un icono reconocible en el tiempo.

¿Crees que el kimono seguirá influyendo en nuestra moda? ¡Nosotras esperamos que si!