Wabi sabi es una forma de ver la vida, lo que nos rodea y a nosotros mismos. Es la apreciación de la belleza allí donde no solemos verla. Hoy os hablamos de este concepto tan japonés que poco a poco va calando en Occidente.
1. EL SIGNIFICADO DE WABI SABI
Como muchísimas palabras del japonés, no hay una traducción literal y exacta de wabi sabi. Además se trata de dos palabras, que por separado significan una cosa pero juntas evocan un concepto un poquito dificil de entender fuera de Japón (o sin estar acostumbrados a la sensibilidad y la forma de ver la vida japonesa).
Wabi viene de wa, la tranquilidad y la armonía. Wabi, antes relacionado con lo triste o solitario sobretodo hace referencia a la solitud de la vida en la naturaleza, pero ha evolucionado hasta asociase con lo simple y sencillo. Porque en realidad lo solitario, en una sociedad con profundas raíces budistas no es algo malo, es positivo que el individuo vuelva a lo esencial, a su autentica esencia, sin distracciones de los demás y el entorno artificial que nos hemos construido.
Sabi tiene que ver con oxidarse, con desgastarse, y con la edad que envuelve una cosa, ya sea creada por el hombre o encontrada en la naturaleza.
La cuna del concepto está, como decíamos, en el budismo. En una concepción de la vida como algo que no es constante, que es finito, en la que la rueda del sufrimiento no para y todo cambia y es imperfecto el wabi sabi es la luz en ese ciclo. El ser capaces de ver belleza en lo imperfecto. Que algo merece la pena y es bonito precisamente porque no va a existir para siempre, se va a adesgastar, a ir rompiendo, cambiando de color y de forma y eso es maravilloso.
Es esa foto enmarcada que te has llevado a todas las casas en las que has vivido, que ha perdido color y en una mudanza se rompió un poquito pero no la cambiarías ni la esconderías porque entrar en casa y verla hace que sea tu hogar, tu templo de calma y tranquilidad. Ver eso, con esos ojos, es wabi sabi.
En nuestra perspectiva occidental tendemos a ver como bello lo perfecto, lo nuevo e inmaculado o lo que tiene vocación de eterno y vemos fealdad en algo usado.
Tomar consciencia de que la inmutabilidad no es real, y de que el tiempo pasa por las personas y por lo objetos, dejándoles una muesca (y admirarlo) es wabi sabi. Esa pátina que todo lo cubre no lo debemos de ver como algo negativo, que nos impulse a tirar lo viejo y comprar algo nuevo, sino algo que le añade valor.
Ahí es donde entronca parte la filosofia de sugoi Hunter y el hecho de trabajar con haoris y kimonos vintage.
Es una belleza de más impacto, no simplemente de admirar algo porque es bonito, sino de añadirle a su valor todo ese extra. ¿Un kimono es hermoso? Claro, tiene colores bonitos, la tela de buena calidad… pero un kimono vintage como los de Sugoi Hunter tiene mucho más. Las manos maestras de quienes lo bordaron o lo tiñeron, cuando paso de una mano a otra quizás se arregló, quizás se cambió el largo para adaptarlo a quien lo iba a llevar, pero se atesoró por todas las manos por las que fue pasando
Ese envejecer sereno que hace que veamos un rostro maduro como algo bello en vez de centrarnos en las arrugas.
Wabi sabi es una expresión…difícil de explicar en castellano. Reduciéndolo mucho, la palabra que en nuestro idioma se acerca más a una tradición correcta, esta seria “rustico”. Pero el wabi sabi no quiere decir que nos fijemos en cosas toscas o campestres. Hay wabi sabi en un objeto lujoso. Eso si, cuando lo disfrutas, te acompaña y no lo deshechas en cuanto que sale al mercado algo diferente y “más brillante”.
El wabi sabi en Japón está en todas partes. No solo como concepto filosofico-religioso sino en la práctica. En grandes ciudades como Tokyo convive el consumismo, el último modelo, la moda más puntera con las tiendas con el wabi sabi mas puro. Está en un templo en mitad de la ciudad, cuyos muros de madera se cuidan y se restauran, sin cambiarlos por algo nuevo. Está en los espectáculos de artes tradicionales, donde las grandes compañías utilizan vestuario y accesorio que ya han visto muchos escenarios.
Ir a japón e impregnarse de wabi sabi, es inevitable.
2. WABI SABI EN LOS OBJETOS COTIDIANOS
El wabi sabi tampoco es solo un pensamiento elevado, es algo que podemos llevar al dia a dia, de hecho está relacionado con con el arte japonés del kintsugi, del que ya os hablaremos en el blog, el método de arreglos de oro de la piezas de cerámica que se han roto. Una tetera vieja y común, rota y reparada con las juntas de oro se convierte en la joya de tu alacena, en un objeto que se ha elevado de lo común al lujo. Se tapa el daño dándole luz, en vez de ocultarla.
Wabi sabi entronca un poco con esa corriente que está pegando tan fuerte en Estados Unidos y en algunos paises europeos de la forma de vida minimalista mezclada un poquito con la filosofia zero waste. Esto último porque si gracias al wabi sabi apreciamos los objetos que ya tenemos los usamos, alargándoles su vida útil y no cambiándolos por cada nuevo modelo que sale, desechando algo que puede todavía hacernos felices. Puede parecer un concepto un poco nostálgico de felicidad en un primer momento pero en realidad es algo alegre y que llena de paz a quien lo incorpora en su vida.
No es minimalismo puro porque no se trata de reducir las lineas, de tener todo en casa nuevo y sin mácula, pero si lo evoca porque nos hace vivir con lo necesario, con lo que de verdad no saporta algo. El wabi sabi está detrás de la filosofía recycle: en ver belleza en lo sencillo, lo usado, lo que ha vivido mucho. Es eso lo que lo hace estéticamente placentero y no el hecho de que todo sea monocromático o pulcro.
3. WABI SABI PARA LA VIDA MODERNA
¿Hace falta ser un monje budista zen viviendo en lo alto de la montaña para vivir con wabi sabi? Para nada. Wabi sabi no está reñido con comprar ropa moderna o una sartén.
Lo único que sucede es que le da una dimensión diferente: No compres por comprar algo que ya tienes repetido mil veces. ¿Vas a usar ese objeto? ¿Hay algo que realmente le hace especial y diferente? Adelante.
Y disfrútalo, y vívelo. Y no lo tires simplemente porque te apetezca cambiar el color de las cosas de la cocina.
No solo en este plano tan práctico. Wabi sabi en las relaciones. Esos momentos con aquellas personas que igual no son las más modernas, ni tienen 30.000 seguidores en instagram, pero tienen algo que aportarte. Y es más valioso para tí tomar un té con ellas que algún plan nuevo, que parece excitante pero sabes que en realidad es un poco vacío.
¿Ya te has dejado cautivar por el wabi sabi?